Propuesta país: cómo incorporar el valor de los servicios ecosistémicos al PIB (sin violar el Sistema de Cuentas Nacionales)

¿Por qué esto importa ahora?

El presupuesto público registra el gasto ambiental, pero no existe su contrapartida en ingresos ni una medida oficial del aporte de los ecosistemas a la producción del país. Resultado: el ambiente luce como centro de costos. La solución no es “inflar” el PIB, sino publicar indicadores complementarios —basados en estándares internacionales— que muestren cuánto produce la naturaleza y quién usa esos servicios. El marco recomendado es SEEA-EA (Ecosystem Accounting), la norma de la ONU para medir servicios ecosistémicos y conectarlos con las cuentas nacionales. seea.un.org+1

Ecuador tiene ventaja: el Banco Central del Ecuador (BCE) ya publicó la Cuenta Satélite de Bioeconomía, dejando instalada capacidad institucional y datos para conectar economía y naturaleza. Banco Central del Ecuador – Ministerio del Ambiente


La regla de oro: cuenta satélite primero, PIB después (siempre con compatibilidad SCN)

  • Qué es: una Cuenta Satélite de Servicios Ecosistémicos (CS-SE) compilada por el BCE, siguiendo SEEA-EAy articulada al SEEA-CF y al Sistema de Cuentas Nacionales (SCN). Publica tablas de Suministro-Uso físicas y monetarias por tipo de servicio y sector usuario. seea.un.orgUNSD

  • Qué no es: no “mete” todo al PIB para evitar doble conteo. Se publica un agregado complementario —por ejemplo un EDP (Ecosystem-adjusted Domestic Product) o GEP (Producto Ecosistémico Bruto)— que acompaña al PIB oficial. seea.un.org


¿Qué servicios priorizar en Ecuador? (datos disponibles y rápido impacto)

  1. Agua regulada para ciudades y energía. Medir el servicio de regulación hídrica de páramos y bosques andinos usando facturación y tarifas (INEC/ARCA/BDE) y evidencias de disposición a pagar como los fondos de agua (FONAG, etc.). Ecuador en Cifras+1- El País

  2. Recreación y turismo de naturaleza. Enlazar Cuenta Satélite de Turismo y Balanza de Pagos (créditos por “viajes”) para aislar el componente “naturaleza” de parques y áreas protegidas. Banco Central del Ecuador

  3. Polinización en agroexportaciones. Aplicar función de producción para asignar la fracción del valor agregado agrícola atribuible a polinizadores (cacao, café, frutas). El método es compatible con SEEA-EA. seea.un.org

  4. Carbono azul/verde y protección costera. Incluir regulación climática y defensa ante oleaje/inundaciones cuando haya series robustas (manglares, AMCP). (Escalamiento de mediano plazo).


Cómo valuar sin chocar con el PIB

  • Servicios con precio/tarifa (“de intercambio”): usar precios observados (agua, entradas a áreas protegidas, concesiones, paquetes turísticos), pero aislando la porción atribuible al ecosistema (renta del recurso/ahorro en tratamiento) y registrándola en tablas de uso de SEEA-EA. seea.un.org

  • Servicios sin mercado (“no de intercambio”): emplear valores de intercambio aceptados por SEEA-EA —costo evitado, costo de reposición, función de producción— y evitar métodos de bienestar (WTP/contingente) en la estadística macro. seea.un.org

  • Indicador bandera para comunicación: publicar GEP junto al PIB; varios países y provincias lo usan como métrica comprensible del “aporte de la naturaleza”. seea.un.org


Hoja de ruta institucional (BCE–MEF–SRI–SENAE)

Banco Central del Ecuador (BCE)
Lidera la CS-SE como extensión de la cuenta de Bioeconomía; integra con Tablas Oferta-Utilización, cuentas por sectores y Balanza de Pagos; publica tablas Suministro-Uso de servicios ecosistémicos y el EDP/GEP como estadística complementaria. Banco Central del Ecuador+1

Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)
Mantiene la contabilidad de gasto ambiental con clasificaciones CEPA/CReMA (SEEA) y diseña instrumentos de ingreso vinculados al uso de servicios ecosistémicos (tasas por uso de cuencas, cánones recreativos, regalías hídricas), equilibrando la foto fiscal gasto ↔ fuentes sin forzar el PIB. UNSD

Servicio de Rentas Internas (SRI)
Anota actividades intensivas en servicios ecosistémicos vía CIIU Rev.4 (agua, residuos, turismo de naturaleza, silvicultura, hidroeléctrica), y agrega un atributo en RUC/declaraciones para pagos por servicios ambientales cuando existan. Entrega microdatos anonimizados por actividad/provincia al BCE. Ecuador En Cifras+1

Servicio Nacional de Aduanas (SENAE)
Usa la nomenclatura NANDINA/HS (10 dígitos) para identificar bienes ligados a capital natural (forestales, no maderables, bioindustria) y trazarlos en comercio exterior sin doble conteo respecto a la bioeconomía. Comunidad Andina – Ministerio de Producción – Pudeleco

MAATE e INEC
Proveen base biofísica (ecosistemas, caudales, calidad de agua, áreas protegidas) y estadísticas ambientales municipales/empresariales (agua, saneamiento, energía) para alimentar las cuentas. Ecuador en Cifras+1


Metodología en tres pasos (12 meses)

Fase 1: Diseño y acuerdos (0–3 meses)

  • Comité técnico BCE–MEF–SRI–SENAE–INEC–MAATE y memorándum de entendimiento de datos.

  • Selección de 3 servicios piloto (agua, turismo, polinización) y protocolos de valoración SEEA-EA. seea.un.org

Fase 2: Pilotos con datos nacionales (4–9 meses)

  • Agua: tarifas/facturación (INEC/ARCA/BDE) + evidencia de fondos de agua para estimar la renta/ahorro atribuible a regulación hídrica. Ecuador en Cifras+1 – El País

  • Turismo: integrar Cuenta de Turismo con créditos por viajes de la Balanza de Pagos y ponderar por visitas a áreas protegidas. Banco Central del Ecuador

  • Polinización: función de producción en cultivos priorizados; asignar fracción del VA agrícola. seea.un.org

  • Construir Suministro-Uso (físico y monetario) y balance de activos para ecosistemas piloto. seea.un.org

Fase 3: Publicación y escalamiento (10–12 meses)

  • Publicar Cuenta Satélite de Servicios Ecosistémicos – Año base con tablas y EDP/GEP.

  • Conectar con la Cuenta de Bioeconomía del BCE para continuidad y actualización anual. Banco Central del Ecuador


Caso ilustrativo: el agua que ya paga la ciudad

Los fondos de agua (Quito es referente regional) muestran que el usuario urbano está dispuesto a pagar por conservar páramos y bosques que sostienen el caudal y la calidad. Estudios recientes reportan retornos financieros y ambientales del modelo, con miles de hectáreas restauradas y gestionadas. Esta evidencia acelera la valoración del servicio de regulación hídrica y su trazabilidad a usuarios (agua potable, energía, hogares). El País


¿Qué gana el país?

  • Mejor señal fiscal: el MEF puede mostrar fuentes de ingreso asociadas a servicios ecosistémicos (tasas/cánones/entradas) frente al gasto ambiental. UNSD

  • Política basada en evidencia: el BCE publica quién usa qué servicio y cuánto vale, habilitando tarifas y contratos mejor diseñados. seea.un.org

  • Inversión verde y bioeconomía: la cuenta enlaza con la bioeconomía ya medida por el BCE y facilita atraer financiamiento. Banco Central del Ecuador

  • Comunicación potente: el GEP comunica en lenguaje económico el “aporte de la naturaleza”. seea.un.org


Recomendaciones para decisión

  1. Mandato al BCE para instalar la CS-SE y publicar el primer año base en 12 meses. Banco Central del Ecuador

  2. Acuerdo MEF–BCE–SRI–SENAE–INEC–MAATE de intercambio de datos y clasificación (CIIU/CEPA/NANDINA). Ecuador En Cifras – UNSDComunidad Andina

  3. Priorizar agua, turismo y polinización, con métodos SEEA-EA de valor de intercambio. seea.un.org

  4. Publicar EDP/GEP como estadística complementaria junto al PIB, evitando doble conteo. seea.un.org


Gobiernos Autónomos Descentralizados

Hay GAD que publican (o citan) su aporte a la economía y, además, el BCE ya difunde series cantonales de Valor Agregado Bruto (VAB), que permiten estimar el “aporte al PIB” a nivel de cantón (GAD municipal) y provincia (GAD provincial).

Evidencias por GAD (cantones) y fuentes

  • Quito (DMQ): el propio Municipio publicó que “Quito genera el 22,11% del PIB nacional” (serie 2010, Diagnóstico económico del DMQ). Autoridades locales han citado porcentajes más recientes (≈26%), pero esas cifras suelen provenir de notas de prensa y deben contrastarse con las series del BCE. gobiernoabierto.quito.gob.ec – Facebook

  • Guayaquil: el MEF ha señalado que la ciudad representa >20% del PIB; prensa económica reciente, con base en datos del BCE, indica que en 2022 Guayaquil superó a Quito en aporte y que su participación bordea ~24%(según Cámara de Comercio de Guayaquil/BCE). Ministerio de Economía y Finanzas – Primicias – El Universo

  • Cuenca: el GAD publicó en 2024 que “el PIB de Cuenca equivale al 8,9% del PIB nacional” (USD 9.716 millones), consistente con notas previas y análisis que usan VAB cantonal del BCE. Gobierno de Cuenca – El Comercio – revistagestion.primicias.ec

Base estadística oficial (para cualquier GAD)

  • El BCE publica “Variables Macroeconómicas Cantonales” (Producción, Consumo Intermedio, VAB por cantón y por actividad CIIU). Con estas tablas, se calcula la participación cantonal sobre el total nacional (usando VAB como proxy, ya que los impuestos netos sobre productos del PIB no se asignan por cantón). Banco Central del Ecuador

  • A nivel provincial, el BCE difunde VAB y VAB per cápita; comunicados oficiales muestran, por ejemplo, que Guayas y Pichincha concentran ~53% de la producción nacional. Banco Central del Ecuadorbce.fin.ec

Cómo estimar el “aporte al PIB” de un GAD (metodología práctica)

  1. Descargar del BCE el archivo de VAB cantonal más reciente (corrientes). Banco Central del Ecuador

  2. Sumar VAB de todas las actividades para el cantón objetivo.

  3. Dividir entre el VAB nacional (o entre la suma de VAB cantonales del mismo año) para obtener el % de participación.

    Nota técnica: es un proxy compatible con comunicación pública. El PIB = ΣVAB + impuestos netos a los productos; como estos impuestos no se asignan a nivel cantonal, el porcentaje se reporta usualmente como “participación en el VAB nacional” (la prensa lo llama “aporte al PIB”). Banco Central del Ecuador

Preguntas frecuentes rápido

¿Por qué no meterlo directo al PIB?
Porque el SCN exige evitar doble conteo. La vía correcta es publicar cuentas satélite e indicadores complementarios (EDP/GEP) compatibles con SCN/SEEA. UNSD

¿Tenemos datos?
Sí: agua y saneamiento (INEC/ARCA/BDE), turismo (BCE/Balanza de Pagos), y estadísticas agrícolas para polinización. Ecuador en Cifras+1- Banco Central del Ecuador

¿Esto crea nuevos impuestos?
No necesariamente. Primero se mide, luego cada institución decide instrumentos (tasas/cánones/contratos) según evidencia. UNSD


Llamado a la acción

En Bioeconomía Ecuador acompañamos a instituciones para diseñar la CS-SE, construir tablas Suministro-Uso y publicar el EDP/GEP del país.
¿Te interesa pilotear en agua/turismo/polinización? Escríbenos: aosventas@gmail.com.


Fuentes clave

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¿Puede el bosque comportarse como un bien Giffen? Una reflexión desde la bioeconomía ecuatoriana

Por Ariel Silva – 5 de agosto de 2025

En la economía clásica, los bienes Giffen son una rara excepción a la ley de la demanda: son aquellos bienes cuyo consumo aumenta cuando su precio también lo hace. Esta paradoja, generalmente reservada para bienes básicos de subsistencia como el arroz o el pan en contextos de pobreza extrema, parece tener una analogía sorprendente en los bosques del Ecuador, particularmente en comunidades altamente dependientes de los recursos forestales.

A primera vista, el bosque se percibe como un proveedor gratuito e inagotable de bienes y servicios: leña, agua, frutos, fibras, materiales de construcción, medicinas, entre muchos otros. Sin embargo, esta gratuidad es solo aparente. A medida que aumentan las comunidades humanas y su dependencia directa del bosque para sostener sus medios de vida, también aumenta la presión sobre estos ecosistemas. Y con ello, se incrementa la escasez de los recursos que antes parecían infinitos.

Esta escasez progresiva funciona como una señal de precio. Es decir, aunque no exista una etiqueta monetaria sobre cada árbol, cada arroyo o cada planta medicinal, la dificultad creciente para acceder a ellos es una forma de expresar que el «precio de uso» del bosque ha subido. El tiempo necesario para recolectar leña, la distancia que se debe recorrer para encontrar agua limpia o la necesidad de comprar en el mercado lo que antes se obtenía gratuitamente, son expresiones concretas de un fenómeno de encarecimiento invisible pero tangible.

Como en el caso de los bienes Giffen, las familias que ven aumentar estos «precios» muchas veces no pueden sustituir el recurso forestal por otro más barato o eficiente. Al contrario, aumentan su dependencia. En zonas rurales, ante la pérdida de cultivos por sequías o plagas, los hogares recurren aún más a la caza o la recolección. Si la leña escasea, en lugar de comprar gas (que implica gasto en efectivo y acceso a infraestructura), las familias recorren distancias mayores o dedican más miembros al acopio forestal. Este círculo refuerza la presión sobre el bosque y agrava la espiral de escasez.

Desde el enfoque de la bioeconomía, este fenómeno evidencia la necesidad urgente de replantear nuestra visión de los bosques: ya no como bienes gratuitos a ser explotados sin medida, sino como activos económicos estratégicos cuyo uso debe estar sujeto a principios de equidad, sostenibilidad y regeneración. Implementar mecanismos de monitoreo del «precio ecológico» de los bienes forestales –como el tiempo de acceso, la abundancia relativa, o el costo de reemplazo en el mercado– puede ser una herramienta potente para anticipar crisis socioecológicas.

En definitiva, los bosques ecuatorianos no están exentos de las leyes de la economía. Ignorar sus dinámicas de escasez y presión es ignorar su creciente valor en un mundo que ya vive las consecuencias del colapso ambiental. Reconocer que el bosque puede comportarse como un bien Giffen es dar un paso hacia políticas más inteligentes, justas y adaptativas para conservar nuestros ecosistemas y sostener los medios de vida que de ellos dependen.

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Finanzas Ambientales como Herramienta Circular: Estrategias para Transformar Residuos en Valor en Ecuador

En un momento trascendental para la sostenibilidad global, Ecuador se posiciona como un laboratorio vivo donde la bioeconomía y las finanzas ambientales convergen para construir un futuro más resiliente. La iniciativa Bioeconomía Ecuador, impulsa un cambio de paradigma: ver en los residuos y la biodiversidad una oportunidad de valor económico y conservación.

¿Qué son las Finanzas Ambientales y por qué son decisivas para Ecuador?

Las finanzas ambientales son el conjunto de mecanismos, instrumentos y políticas que movilizan recursos, tanto públicos como privados, hacia la conservación ambiental y el desarrollo sostenible. Su objetivo principal es abordar la tensión inherente entre la producción y la biodiversidad – muchas veces albergada en los bosques -, un desafío particularmente agudo en un país megadiverso como Ecuador.

El sector rural ecuatoriano no es un actor homogéneo; en él coexisten pequeños medianos y grandes productores, la agroindustria, la minería y comunidades indígenas, muchos de los cuales ejercen presión sobre los ecosistemas frágiles y bosques primarios. Lamentablemente, las políticas tradicionales han contribuido a esta problemática:

  • Política monetaria como incentivo perverso: Tasas de interés bajas sin criterios ambientales claros han favorecido la expansión de actividades extractivas, impulsando el cambio de uso del suelo y la pérdida de biodiversidad.
  • Política fiscal con incentivos en conflicto: Subsidios agrícolas y energéticos sin enfoque ambiental, así como incentivos tributarios sin diferenciación de impacto, han actuado como motores de deforestación, mientras la conservación carece de prioridad fiscal.

Esta dicotomía ha generado un claro trade-off estructural: la ampliación de la frontera agrícola, la rentabilidad a corto plazo y el crecimiento económico, a menudo sin filtro ambiental, han derivado en la reducción de bosques, la pérdida de resiliencia climática, la fragmentación de hábitats y el desplazamiento de comunidades y biodiversidad.

Es aquí donde las finanzas ambientales desempeñan un rol crítico. Su misión es reformar los incentivos perversos en el crédito y la tributación, condicionar el financiamiento al cumplimiento de criterios ambientales y sociales, promover instrumentos financieros diferenciados para actores rurales sostenibles e integrar la conservación en las matrices fiscales y monetarias nacionales.

La Economía Circular: Una Nueva Lógica Financiera

Frente a un modelo extractivo que financia la expansión sobre los ecosistemas, la economía circular propone una lógica financiera diferente: transformar los residuos en activos y la biodiversidad en valor económico.

Este enfoque se centra en la valorización de residuos, como el aprovechamiento de subproductos agrícolas (cáscaras, bagazo, mucílago) para convertirlos en bioplásticos, abonos orgánicos, alimentos funcionales o bioinsumos. La reducción de pérdidas post-cosecha aumenta la eficiencia y contribuye a la sostenibilidad financiera.

En Ecuador, diversas cadenas de valor presentan un enorme potencial circular:

  • Cacao: El mucílago puede destinarse a bebidas energéticas, y la cáscara a productos como shampoo, jabones o colorantes.
  • Yuca: Su uso se extiende a la coctelería, harinas y alimentos diferenciados.
  • Guayusa y flor de Jamaica: Ideales para bebidas funcionales, cosmética natural, antioxidantes.

Apalancar estas cadenas genera valor agregado local y limita la expansión de la frontera agrícola. Esto abre un abanico de oportunidades de inversión verde, atrayendo o creando oportunidades para fondos de inversión de impacto, así como el desarrollo de productos financieros «verdes» como microcréditos circulares, bonos agroecológicos y seguros para bioemprendimientos. La clave reside en diagnosticar los flujos financieros circulares en el territorio, ofrecer incentivos condicionados a prácticas regenerativas y forjar alianzas estratégicas con universidades, gobiernos locales y productores.

Instrumentos Financieros Ambientales en Ecuador: Una Realidad en Evolución

Ecuador ha sido pionero en la implementación de diversos instrumentos financieros ambientales que canalizan recursos hacia la conservación, reconociendo el valor económico de los ecosistemas:

  • Fondos ambientales y de agua: Ejemplos como FONAG, FONAPA y FONCUMAR, articulan a empresas, municipios y comunidades para proteger las fuentes hídricas que abastecen a las ciudades. Financian la conservación de cuencas, el monitoreo y la restauración ecológica, promoviendo la gobernanza local y la corresponsabilidad. Fondos como el FIAS (Fondo de Inversión Ambiental Sostenible) apoyan de forma recurrente con financiamiento y asistencia técnica el Sistema Nacional de Areas Protegidas y múltiples actividades vinculadas con el desarrollo de la bioeconomía en Ecuador.
  • Bonos verdes y bonos de sostenibilidad: Aunque aún incipiente en Ecuador, estos bonos, emitidos por gobiernos o empresas para financiar proyectos con impacto ambiental positivo, tienen una alta viabilidad para la restauración forestal, la agroindustria circular y la transición energética rural.
  • Canje de deuda por naturaleza: Ecuador es un líder global en esta modalidad. Casos notables incluyen:
    • Canje con Alemania / FIAS (ex-FAN): En la ultima década del 2000, un canje de deuda pionero capitalizó el fondo (recursos endowment fondo no extinguible) para financiar proyectos de conservación.
    • Galápagos (2023): El mayor blue-bond del mundo, que liberara aproximadamente USD 12 millones anuales para el Fondo de Vida Marina de Galápagos, además de un fondo de dotación para continuidad.
    • Biocorredor Amazónico (2024): Un segundo swap de USD 1.53 mil millones refinanciados, generando un ahorro fiscal considerable y liberando USD 19 millones anuales para el Programa Biocorredor Amazónico, más USD 4.5 millones anuales en dotación.
  • Mecanismos de Pago por Servicios Ambientales (PSA): Instrumentos que reconocen, mediante transferencias económicas, el mantenimiento activo de funciones ecológicas por parte de comunidades. El Programa Socio Bosque (PSB) es el ejemplo más conocido, transfiriendo pagos directos a comunidades y propietarios que conservan ecosistemas nativos. Sin embargo, este programa ha enfrentado críticas por su baja adicionalidad y posibles incentivos perversos, lo que subraya la necesidad de reformular los pagos como parte de canastas integradas de conservación y desarrollo sostenible.

Claves para un Diseño Exitoso de Mecanismos Financieros Circulares

Un mecanismo financiero circular exitoso canaliza recursos hacia actividades de conservación y sostenibilidad, generando flujos que se reinvierten para garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo. Las claves para su diseño son:

  1. Identificación clara de los flujos de ingreso: Es fundamental contar con fuentes permanentes (tarifas de agua, tasas ambientales, regalías) y condicionales (cooperación internacional, canjes de deuda), así como retornos productivos de bioemprendimientos.
  2. Alineación con políticas públicas: El mecanismo debe integrarse a marcos normativos nacionales, locales y sectoriales, como el Art. 74 de la Constitución Nacional que define la no apropiabilidad de los servicios ambientales, o las políticas de bioeconomía, de biodiversidad, de tratamiento de residuos sólidos y/o de cambio climático.
  3. Inclusión de actores clave: La legitimidad y viabilidad dependen de la participación activa de comunidades locales e indígenas, gobiernos locales, empresas y el sector privado.

Criterios de éxito y una Visión de futuro

Los criterios de éxito de estos mecanismos se miden en cifras financieras, en su sostenibilidad en el tiempo, transparencia y trazabilidad, y su impacto social, ambiental y económico. Un ejemplo claro es el FONAG, que con más de 20 años de operación continua, ha demostrado su sostenibilidad gracias a un financiamiento estructurado. La transparencia se asegura con auditorías y gobernanza participativa, mientras que el impacto se refleja en la conservación efectiva de ecosistemas, el bienestar de las comunidades y la activación de cadenas de valor sostenibles.

La propuesta final es clara: transitar hacia un ecosistema financiero circular donde las finanzas regeneren. Esto implica combinar instrumentos patrimoniales, incentivos basados en resultados y tasas e impuestos ambientales, articulando políticas de conservación, producción sostenible, innovación y justicia ambiental.

En este camino, el rol de las universidades y centros de investigación es fundamental para desarrollar sistemas de monitoreo, evaluar el impacto real de los mecanismos, facilitar pilotos financieros y formar talento humano. La articulación interinstitucional entre el MAATE, MAG, Ministerio de Producción, Ministerio de Finanzas, municipios, empresas y comunidades es el pilar para construir un futuro donde la cooperación y el valor compartido sean la norma.

Un llamado a la acción: Invertir en Naturaleza, invertir en futuro

«La biodiversidad no solo se conserva, también se financia.» Esta frase encapsula la esencia del mensaje. Invertir en la naturaleza es invertir en un futuro con equidad y resiliencia. La pregunta central que nos interpela es: ¿cómo puede la rentabilidad de las empresas de una sociedad ser canalizada hacia el financiamiento de un ambiente sano que garantice el futuro de nuestro planeta?

Esto va más allá de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) simbólica; implica pasar a compromisos financieros estructurales, internalizar los costos ambientales a través de impuestos verdes y normativas, y desarrollar instrumentos concretos de canalización como bonos de sostenibilidad y contratos de pago por servicios ecosistémicos. La rentabilidad debe ser económica, social, ecológica y ética.

No hay transición ecológica sin transformación financiera. El cambio climático y la pérdida de biodiversidad exigen mecanismos innovadores y eficaces. Es imperativo que las empresas, cuya producción depende de ecosistemas funcionales, inviertan activamente en su mantenimiento.

El futuro que anhelamos requiere fondos robustos, bien diseñados y gestionados. Territorios organizados, con participación activa de comunidades y gobiernos locales. Políticas coherentes, alineadas entre conservación, producción y equidad. E instituciones que entiendan la lógica económica y la lógica humana.

La invitación está abierta para vincularse desde la investigación académica, colaborar con gobiernos locales y comunidades rurales, y participar en la construcción de un ecosistema financiero ambiental del Ecuador, territorializado y resiliente.

Contacto:

  • Ariel Silva
  • Especialista en Desarrollo Económico
  • 📧 aosventas@gmail.com
  • 🌐 www.bioeconomiaecuador.com
  • 📍 Quito – Ecuador
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Sostenibilidad financiera en la bioeconomía: cómo los jóvenes pueden tomar el control de su futuro económico

🧠 Introducción

Enfrentar la situación financiera personal puede parecer abrumador, especialmente para jóvenes adultos que quieren hacer las cosas bien pero no saben por dónde empezar. En el mundo de la bioeconomía —donde lo ecológico, lo social y lo productivo convergen— la sostenibilidad también implica saber gestionar el dinero.
La buena noticia es que existen herramientas concretas para transformar tu realidad financiera y construir un futuro resiliente. Aquí te contamos cómo.


🌱 ¿Qué es la sostenibilidad financiera y por qué importa en la bioeconomía?

Cuando hablamos de sostenibilidad, solemos pensar en el medio ambiente. Pero la sostenibilidad también es económica y personal: significa tener la capacidad de tomar decisiones hoy sin comprometer tu bienestar financiero futuro.

En el contexto de la bioeconomía —que impulsa negocios verdes, conservación y producción sostenible— una base financiera sólida es clave. No puedes liderar un emprendimiento bio, gestionar un proyecto comunitario o impulsar cambios si vives con deudas o sin planificación financiera.


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La transformación del sector rural en Ecuador: hacia un modelo sostenible e inclusivo

El sector rural de Ecuador enfrenta desafíos significativos, incluyendo pobreza, desigualdad y degradación ambiental. Sin embargo, también se presentan oportunidades para liderar una transformación que integre sostenibilidad, inclusión y desarrollo económico. Este artículo explora los pilares fundamentales para lograr una transformación rural sostenible en Ecuador, un país que depende en gran medida de la riqueza de sus recursos naturales y la resiliencia de sus comunidades rurales.


1. Desarrollo productivo sostenible

El desarrollo productivo sostenible es esencial para esta transformación. La adopción de prácticas agrícolas y forestales sostenibles puede mejorar la productividad y contribuir significativamente a la conservación de los recursos naturales y la biodiversidad.

Prácticas sostenibles: La restauración de tierras degradadas, la reforestación y el manejo eficiente del agua son prácticas esenciales para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas productivos en Ecuador. Según la FAO (2018), los sistemas agrícolas que integran prácticas sostenibles pueden incrementar los rendimientos en un 20% y reducir la deforestación en áreas vulnerables.

Bioeconomía como motor de cambio: La bioeconomía se perfila como una estrategia clave para diversificar la economía rural, agregar valor a los productos locales y promover la transición hacia cadenas de producción sostenibles. Esto incluye el desarrollo de bionegocios que aprovechen los recursos naturales de manera responsable, como el manejo forestal sostenible, los productos no maderables y las iniciativas de ecoturismo comunitario.

Producción integrada: El enfoque en sistemas de producción integrados permite conectar los objetivos económicos con beneficios ambientales y sociales. Por ejemplo, los sistemas agroforestales no solo aumentan la biodiversidad, sino que también contribuyen a la captura de carbono y al fortalecimiento de la seguridad alimentaria (IPCC, 2021).


2. Inclusión y equidad

Para que el desarrollo rural sea realmente transformador, debe ser inclusivo. Esto implica garantizar que las mujeres, los jóvenes y las comunidades indígenas sean actores clave en el diseño e implementación de políticas y proyectos.

Participación activa: La inclusión activa de las comunidades rurales en los procesos de toma de decisiones asegura que las intervenciones respondan a sus necesidades reales. En Ecuador, el 38% de la población rural está conformada por mujeres, quienes a menudo son líderes en iniciativas sostenibles locales (INEC, 2022).

Distribución equitativa de beneficios: Los programas deben garantizar que los beneficios económicos y sociales lleguen a los sectores más vulnerables, cerrando brechas históricas de desigualdad en el acceso a recursos y servicios.


3. Innovación financiera para el desarrollo rural

El acceso al financiamiento sigue siendo uno de los mayores desafíos para los productores rurales en Ecuador. Innovar en este ámbito es clave para facilitar la transición hacia modelos más sostenibles.

Créditos verdes y fondos de compensación: Instrumentos financieros como los créditos verdes y los fondos de compensación pueden incentivar prácticas sostenibles. Estas herramientas no solo reducen barreras financieras, sino que también integran el componente ambiental en las decisiones de inversión (GEF, 2021).

Incentivos temporales:

Los incentivos, como tasas preferenciales vinculadas a buenas prácticas agrícolas, pueden actuar como catalizadores para el cambio, asegurando que los productores adopten modelos sostenibles y eventualmente transiten hacia mercados competitivos.


4. Fortalecimiento institucional y gobernanza

El desarrollo rural requiere instituciones fuertes y gobernanza efectiva. Esto incluye la capacitación técnica, el desarrollo de capacidades locales y la creación de redes cooperativas.

Asistencia técnica: Los programas de capacitación en manejo sostenible de recursos son esenciales para garantizar que los productores rurales cuenten con las herramientas necesarias para competir en un mercado global.

Gobernanza cooperativa: La implementación de esquemas de gobernanza cooperativa puede fortalecer las instituciones locales y facilitar acuerdos comunitarios que promuevan la sostenibilidad a largo plazo.


5. Seguridad alimentaria y recursos naturales

Ecuador enfrenta desafíos críticos en la gestión de recursos naturales, especialmente en lo que respecta al agua y la seguridad alimentaria.

Gestión hídrica sostenible: La conservación de recursos hídricos y su integración con actividades productivas es esencial para garantizar la seguridad agroalimentaria. En el Ecuador, donde el agua es un recurso vital, los proyectos que combinan manejo hídrico con actividades productivas pueden ser transformadores.

Resiliencia agroalimentaria: Fortalecer los sistemas agroalimentarios para que sean resilientes frente al cambio climático es una prioridad. Esto incluye la promoción de cultivos adaptados a condiciones climáticas adversas y la mejora de las cadenas de valor locales.


6. Autosuficiencia y sostenibilidad a largo plazo

La autosuficiencia debe ser el objetivo final de cualquier transformación rural.

Transición al mercado: Los modelos de financiamiento rural deben diseñarse para que los beneficiarios transiten de subsidios iniciales a condiciones de mercado regulares, garantizando su independencia económica.

Reinversión: Los ingresos generados por las actividades financiadas deben reinvertirse en el sistema rural, creando un ciclo de sostenibilidad que beneficie a generaciones futuras.


7. Uso del fuego en el sector rural y su impacto en el cambio climático

El uso del fuego en prácticas agrícolas tradicionales ha sido común en el sector rural de Ecuador. Sin embargo, en el contexto del cambio climático, esta práctica se ha convertido en un factor que exacerba la degradación ambiental y la vulnerabilidad de los ecosistemas.

El triángulo del fuego: El triángulo del fuego se compone de tres elementos esenciales para la combustión: combustible, oxígeno y calor. En el contexto rural ecuatoriano, la materia orgánica acumulada en los bosques y pastizales actúa como combustible; la disponibilidad de oxígeno es constante; y las altas temperaturas, junto con la escasez de lluvias, proporcionan el calor necesario. Este conjunto de factores crea condiciones propicias para la ocurrencia de incendios forestales.

Impacto de los incendios forestales: Los incendios forestales tienen consecuencias devastadoras para los ecosistemas y las comunidades rurales. Además de la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo, estos incendios liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, contribuyendo al calentamiento global. Según un estudio publicado en la revista Bosques Latitud Cero, el uso del fuego en tierras de vocación forestal en el cantón Jipijapa, Manabí, ha llevado a la degradación de los bosques y la pérdida de servicios ecosistémicos (Manrique-Toala et al., 2022).

Estrategias para mitigar el uso del fuego: Para abordar esta problemática, es esencial implementar estrategias que promuevan prácticas agrícolas sostenibles y reduzcan la dependencia del fuego. Esto incluye:

  • Capacitación y sensibilización: Educar a las comunidades rurales sobre los riesgos asociados al uso del fuego y las alternativas disponibles.
  • Manejo integral del fuego: Desarrollar políticas que integren la prevención, control y rehabilitación de áreas afectadas por incendios, considerando las particularidades de cada región.
  • Incentivos para prácticas sostenibles: Ofrecer beneficios económicos

 

Conclusión

La transformación del sector rural en Ecuador requiere un enfoque integral que combine sostenibilidad ambiental, inclusión social e innovación económica. Al promover prácticas agrícolas responsables, reducir la dependencia de métodos destructivos como el uso del fuego y asegurar la participación activa de las comunidades rurales, Ecuador puede sentar las bases para un modelo de desarrollo rural inclusivo y resiliente frente al cambio climático.

Este modelo transformador no solo fortalecerá los sistemas productivos del país, sino que también permitirá conservar los recursos naturales y reducir las emisiones de carbono, contribuyendo al cumplimiento de los compromisos climáticos internacionales. En última instancia, la sostenibilidad del sector rural dependerá de la capacidad de las instituciones, los actores locales y los organismos internacionales para trabajar en conjunto hacia un futuro más equilibrado y justo para las comunidades rurales de Ecuador.

 

Referencias

FAO. (2018). Sistemas agrícolas sostenibles: Una respuesta al cambio climático. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Recuperado de https://www.fao.org

INEC. (2022). Indicadores de género y desarrollo rural. Instituto Nacional de Estadística y Censos. Recuperado de https://www.ecuadorencifras.gob.ec

IPCC. (2021). Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Intergovernmental Panel on Climate Change. Recuperado de https://www.ipcc.ch

Manrique-Toala, G., Vinueza-Gómez, M., & Ortiz-González, M. (2022). El uso del fuego en tierras de vocación forestal y su impacto en los servicios ecosistémicos: Caso del cantón Jipijapa, Manabí. Bosques Latitud Cero, 15(3), 65-79. Recuperado de https://www.bosqueslatitudcero.com

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Economía de los Recursos Naturales y su Relación con la Bioeconomía

La economía de los recursos naturales es una disciplina económica que se ocupa de cómo se gestionan y utilizan los recursos naturales, tanto renovables como no renovables, para satisfacer las necesidades humanas actuales y futuras. Esta rama de la economía considera los límites impuestos por la naturaleza y examina las implicaciones económicas de la explotación de estos recursos, incluyendo su agotamiento y la degradación ambiental. En este contexto, la bioeconomía emerge como un enfoque innovador que pone en el centro de la matriz productiva a la biodiversidad, los bosques que la albergan y las personas que los cuidan, con el objetivo de promover un uso sostenible de los recursos renovables. Este ensayo analiza la economía de los recursos naturales y su vinculación con la bioeconomía, destacando la relevancia de integrar la biodiversidad y la tecnología en los modelos productivos para fomentar la sostenibilidad y el desarrollo de bioemprendedores.

Economía de los Recursos Naturales

Recursos renovables y no renovables

Los recursos naturales pueden clasificarse en renovables y no renovables. Los recursos renovables son aquellos que, bajo un manejo adecuado, pueden regenerarse a lo largo del tiempo, como los recursos pesqueros y forestales. Un concepto clave en su manejo es el rendimiento sostenible, que busca equilibrar la extracción con la capacidad de regeneración del recurso (Hotelling, 1931). Los recursos no renovables, por otro lado, son aquellos cuya tasa de regeneración es prácticamente nula en escalas temporales humanas, como los combustibles fósiles y ciertos minerales. La Regla de Hotelling establece que el ritmo óptimo de extracción de estos recursos está determinado por la comparación entre el aumento esperado de su valor en el futuro y el costo de su extracción en el presente (Martínez-Alier, 1997).

Capital natural y capital fabricado por el hombre

La economía ecológica argumenta que la evolución de la economía humana ha pasado de una dependencia del capital fabricado por el hombre (maquinarias, fertilizantes) a una situación en la que el capital natural (como la tierra fértil, el agua limpia y la biodiversidad) se ha convertido en el factor limitante para el desarrollo económico sostenible. En este sentido, se hace necesario maximizar la productividad del capital natural, en lugar de seguir expandiendo la acumulación de capital fabricado por el hombre (Martínez-Alier, 1997).

Deuda ecológica y comercio ecológicamente desigual

El concepto de deuda ecológica hace referencia a la responsabilidad histórica de los países desarrollados por los daños ambientales causados en los países en desarrollo. Esto incluye la explotación excesiva de recursos naturales y la degradación ambiental como consecuencia de las actividades comerciales. Este comercio es ecológicamente desigual, ya que los países del sur exportan materias primas, como el oro negro (petróleo) y el oro verde (recursos genéticos), a cambio de productos manufacturados con un valor añadido mucho mayor en los países del norte, lo que perpetúa las desigualdades económicas y ambientales (Martínez-Alier, 1997).

La Bioeconomía como solución sostenible

La bioeconomía surge como un enfoque que busca reconceptualizar el desarrollo económico en términos de sostenibilidad. Se basa en la utilización de recursos biológicos renovables, como la biomasa, los productos forestales y la biodiversidad, para generar bienes y servicios. En este modelo, la biodiversidad y los ecosistemas son considerados capitales esenciales para la producción económica, al mismo tiempo que se garantiza su conservación y uso sostenible.

Un principio clave de la bioeconomía es que las economías pueden externalizar los beneficios hacia la sociedad en su conjunto, a través del desarrollo de tecnologías que mejoren la eficiencia y el rendimiento de los recursos naturales. De este modo, se promueve la creación de bioemprendedores, que son actores clave en la transformación de materias primas biológicas en productos con valor agregado, a través de la innovación tecnológica y la sostenibilidad. La incorporación de la tecnología en los procesos de transformación es fundamental para aumentar la eficiencia en la producción y el uso de los recursos biológicos.

La bioeconomía también se asocia con cambios en los patrones de comercio, orientándose hacia productos que tienen menor impacto ambiental. Un ejemplo de esto es el comercio de productos de «oro blanco» (energía hidroeléctrica) y «oro amarillo» (productos mineros como el oro), que pueden ser gestionados de manera más sostenible mediante el uso de tecnologías más limpias y regulaciones ambientales más estrictas (Uslar Pietri, 1936).

Desarrollo de Bioemprendedores y Comercialización

El desarrollo de bioemprendedores es esencial para la expansión de la bioeconomía. Estos emprendedores innovan en la creación de productos y servicios que aprovechan los recursos naturales de manera sostenible. La tecnología juega un papel central, en el uso eficiente de los recursos, y en la comercialización de productos bioeconómicos. La capacidad de acceder a mercados globales y de transformar materias primas en productos de alto valor agregado es una de las claves del éxito de los bioemprendedores.

En este sentido, la bioeconomía se basa en un enfoque integral que combina el desarrollo tecnológico, el uso sostenible de los recursos y la justicia social. Al incorporar nuevas tecnologías en los procesos productivos y al fortalecer la función comercial de los productos de la bioeconomía, se crea un sistema más justo y equitativo que respeta los límites ecológicos y promueve el bienestar social.

Conclusión

La economía de los recursos naturales y la bioeconomía están intrínsecamente vinculadas en su búsqueda de un desarrollo sostenible. Mientras que la primera se centra en la gestión eficiente de los recursos limitados del planeta, la bioeconomía ofrece una solución a largo plazo que integra la biodiversidad y la sostenibilidad en el centro de la producción económica. A través de la innovación tecnológica y la creación de bioemprendedores, es posible lograr un modelo económico que no solo sea rentable, sino que también garantice la conservación de los ecosistemas y la equidad social. El desafío radica en equilibrar las necesidades económicas inmediatas con el imperativo de proteger y restaurar el capital natural, asegurando así un futuro sostenible para las generaciones venideras.

Referencias

Hotelling, H. (1931). The economics of exhaustible resources. Journal of Political Economy, 39(2), 137-175.

Martínez-Alier, J. (1997). Deuda ecológica y el comercio ecológicamente desigual. Revista Internacional de Economía, 15(3), 145-168.

Uslar Pietri, A. (1936). Sembrar el petróleo. Editorial Artes Gráficas.

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